La brecha digital, la nueva amenaza a la transformación digital

Las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) ofrecen numerosas ventajas: mayor acceso a la información, reducción de costes en el sector laboral, mayor conectividad entre las personas, etc. Pero la digitalización no se está dando por igual en todo el mundo y es que, también en esto, existe un desequilibrio y recibe el nombre de brecha digital. El acceso a Internet nos ha permitido a muchos seguir adelante con nuestras vidas a pesar de la pandemia gracias a modalidades como el teletrabajo o la educación online, pero la realidad no es igual en todo el mundo. 

De hecho, casi la mitad de los habitantes del planeta —alrededor de 2.900 millones de personas— no tiene siquiera acceso a la red. La desigualdad en el acceso a Internet y las TIC afecta al 52 % de las mujeres y al 42 % de los hombres del mundo. Esta grieta se torna aún más profunda cuando hablamos de regiones.

También debemos distinguir entre los problemas relativos al acceso a Internet y la alfabetización digital, es decir, el proceso de aprendizaje que permite a una persona adquirir competencias para entender y aprovechar el potencial educativo, económico y social de las nuevas tecnologías. La discriminación tecnológica constituye una forma de pobreza y exclusión social, al privar a una parte de la ciudadanía de recursos esenciales para desarrollarse y generar riqueza.

En concreto los trabajos presentados pueden ir dentro de las siguientes líneas:

• • Inclusión digital: avanzar hacia la igualdad digital como vía de desarrollo.
  • Miradas pluridisciplinares a los estudios de género en la transformación digital de los negocios.
  • Impulsar las competencias digitales y la empleabilidad de mujeres en la economía digital.
  • La igualdad como factor fundamental para el crecimiento empresarial.
  • RSC: la transformación digital y social para acabar con la brecha digital.